Síntomas de los Granulomas | Diagnóstico

Síntomas de los Granulomas | Diagnóstico

Como hay diferentes tipos de granulomas, podemos encontrar diferentes tipos de síntomas que evidencien esta enfermedad granulomatosa. A continuación vamos a exponer los principales síntomas:

Para aquellos pacientes que sufren de granuloma anular, los síntomas no pasan de tener un simple picazón o escozor leve en la zona donde se encuentra el nódulo calcificado. Los pacientes notan, generalmente en la parte posterior de los antrebrazos, en los pies o en las manos, unos bultos firmes de color rojizo y forma anular o circular. Son muy raros los casos en los que un paciente de granuloma tiene dichos nódulos en las piernas, aunque existen cuadros clínicos en los que estos granulomas se extienden por todo el cuerpo del paciente, agravando así la calidad de vida del mismo.

Para las personas que padezcan de granuloma hepático, los principales síntomas o signos más habituales son un agudo malestar general, fiebre alta y otros fallos sistémicos.

Aunque el granuloma calcificado pulmonar puede llegar a ser asintomático, es posible que en los casos en los que el tamaño del nódulo es importante, cause pesadez en el pecho, fatiga respiratoria, tos intensa e incluso sangrienta.

En el caso del granuloma inguinal los síntomas son el desgaste de la piel afectada, ya que nos nódulos que aparecen tienden al sangrado, la ulceración del ano y la destrucción del tejido genital, en los casos en los que el granuloma se extiende en la zona. Estos signos pueden experimentarse incluso 3 meses después de haberse infectado con la bacteria que produce este tipo de granuloma.

En cualquiera de estos casos que te describimos en Vitealia, anteriormente descritos, es imprescindible acudir a una visita médica en la que el médico detecte la patología y pueda iniciar la cura de la misma o los tratamientos paliativos de dichos síntomas. El médico deberá hacer un seguimiento muy exhaustivo a aquellos pacientes que no evolucionen positivamente al tratamiento.

Aunque existen varias pruebas que pueden ofrecernos el diagnóstico como: la radiografía de tórax, la gammagrafía del hueso, un raspado de piel o un conteo sanguíneo completo, la biopsia es la mejor opción a la hora de examinar la zona afectada.