Los meses de gestación y las ETS

Los meses de gestación y las ETS

Las mujeres embarazadas pueden contagiarse de cualquier enfermedad de transmisión sexual como cualquier otra mujer que no esté embarazada, ya que esto no supone ningún tipo de protección ni para la madre ni para el bebé ante una ETS. Una infección o una enfermedad de este tipo podría tener consecuencias muy graves para ambos si la madre no está concienciada sobre la prevención y si ésta no se somete a pruebas en caso de ser tener bastantes probabilidades de infectarse. Así, es recomendable que las embarazadas se hagan pruebas de detección de ETS si se considera que hay un riesgo elevado de contagio. Además, en caso de tener muchas parejas sexuales, la embarazada debe conocer los métodos de prevención y protección ante estas enfermedades y lo mismo cabe esperar de sus parejas.

 

Efectos de las ETS en la mujer embarazada y su bebé

Como hemos comentado en el párrafo de arriba, las ETS pueden producir consecuencias y complicaciones muy serias que pueden tener efectos peligrosos tanto para la madre como para el bebé que espera. Mientras que algunas de estas consecuencias pueden aparecer en el nacimiento, otros pueden no detectarse hasta pasados unos meses o incluso años más tarde porque pueden ser difíciles de asociarse o de manifestarse. Todas estas complicaciones se pueden evitar y prevenir si la madre es responsable y consciente de lo que estas enfermedades pueden suponer no sólo para ella, sino para el bebé, y si recibe tratamiento médico adecuado de forma frecuente durante los meses de gestación, que podría incluir exámenes y pruebas de detección.

 

Tratamiento de las ETS durante el embarazo

Enfermedades de transmisión como pueden ser la clamidia, gonorrea, sífilis, tricomoniasis y vaginosis bacteriana se pueden curar y trata mediante la toma de medicamentos y antibióticos que no impliquen ningún tipo de riesgo de daño para la embarazada o para el bebé. Sin embargo, hay otras ETS provocadas por virus, tales como el herpes genital, la hepatitis B, la hepatitis C o el VIH, que no son curables. Aunque no se pueden curar, en estos casos se procede a un tratamiento con la administración de antivirales o tomando otro tipo de medidas para dañar lo menos posible al bebé y reducir las probabilidades de que se infecte de la ETS en cuestión.

Prevención

Las mujeres que están embarazadas pueden protegerse de estas enfermedades y evitar ser contagiadas de la misma manera que el resto de mujeres no embarazadas, es decir, usando preservativos masculinos de látex, absteniéndose de tener relaciones o tener una pareja estable que no sea portadora de ninguna ETS.