Depilación por electrólisis

Depilación por electrólisis

La última década ha sido revolucionaria en tema de progresos en los sistemas de depilación que proresivamente se han ido haciendo mucho más eficientes y menos doloross. De este modo nace la depilación láser para ofrecer los que, hasta ahora, son los resultados más efectivos y satisfactorios; las depiladoras eléctricas y también la depilación por electrólisis.

La depilación por electrólisis no es tan conocida ni ha sido igualmente difundida pero no tiene nada que envidiar a las depilaciones con láser, y las estadísticas hablan de que este método ha satisfecho al 95% de sus usuarios según los estudios realizados por diversos centros estéticos.

Aunque muchos ignoren qué es la depilación por electrólisis no se trata de algo nuevo y novedoso, sino que data del siglo XIX. Nace en 1875 y empieza a utilizarse con fines estéticos hacia 1916.

Muchas personas asocian su aparición con la de la depilación láser, pero sin embargo la depilación con láser es muy posterior a la depilación por electrolisis; y hay que decir que esta técnica es mucho más segura y efectiva, aunque el primer método que resuelven elegir la mayoría de los usuarios es el láser y en segundo lugar la depilación con electrolisis.

El precio mucho más asequible fue decisivo para hacer que este tipo de depilación se hiciese accesible para casi todo los estratos socio económicos de la sociedad y esto es un punto muy a su favor.

La depilación por electrolisis está considerada como un método permanente y su objetivo es la anulación del crecimiento del vello.

Mientras la depilación con láser trata cantidades de vello, la depilación por electrólisis lo hace de forma individual; y lleva su procedimiento a efecto  mediante el uso de una aguja que se va insertar en el folículo piloso. Por medio de esta aguja se envía una descarga eléctrica en dirección hacia la raíz del vello.

La similitud que la depilación electrolítica posee con respecto a la depilación con láser es que necesita cierto número de sesiones para que el tratamiento funcione, es un tratamiento gradual y progresivo, en el que el número de sesiones dependerá del tipo de piel del paciente y de cómo sea el proceso de crecimiento del vello. Actúa debilitando el vello lentamente hasta que se produzca la pérdida inevitable del mismo en un corto espacio de tiempo.

El método se aplica tanto en mujeres como en hombres pero existen zonas más difíciles de tratar que otras y que, por tanto, requerirán número mayor de sesiones; mientras tanto zonas como el entrecejo, mejillas, mentón, bozo, labio superior, ingles, abdomen, nos brindan resultados excepcionales.