Granuloma Inguinal | Tratamiento, causas y fotos

Granuloma Inguinal | Tratamiento, causas y fotos

El granuloma inguinal, también llamado Donovanosis, es una enfermedad de la piel que se origina a través de una infección crónica de carácter bacteriano y que se desarrolla en la zona genital, por lo tanto, esta patología entra dentro de las enfermedades de transmisión sexual.

La bacteria que la causa es la Klebsiellagranulomatis y es transmitida a través de las relaciones sexuales de origen vaginal y anal, sin embargo, a través del sexo oral es más difícil de contraer.

Pese a que el granuloma inguinal es una enfermedad poco común, es más fácil encontrarla en países tropicales (como la India o Nueva Guinea) y en hombres homosexuales, ya se trata de una infección que tiene ataca mayormente a los hombres, siendo éstos el grupo de mayor riesgo. Los grupos de edades entre los que podemos encontrar afectados de donovanosis son de los 20 a los 40 años, teniendo una incidencia muy escasa entre niños y personas mayores.

Los primeros signos que nos alertan de esta enfermedad son: la aparición de úlceras en la zona anal y de pequeños bultos de color rojizo en la zona genital. Con el paso del tiempo, esta enfermedad va minando la zona afectada apareciendo nódulos que sangran frecuentemente, pero que suelen ser indoloros.

Estos síntomas pueden llegar a aparecer incluso hasta 3 meses después de la infección.

Una vez en las manos expertas de un médico, la mejor forma de obtener un diagnóstico es a través de una biopsia o un rascado directo en la lesión.

Una vez obtenido el diagnóstico, en la mayoría de los casos el médico prescribirá un tratamiento a base de antibióticos. Éstos son muy eficaces ante este tipo de granuloma y en cuestión de un mes el paciente está totalmente curado. Sin el tratamiento adecuado, el granuloma puede dañar gravemente el tejido de la zona genital o incluso destruirlo.

Al tratarse de una enfermedad de transmisión sexual, la prevención es una de las principales armas. Con unos comportamientos sexuales seguros, las personas reducen el riesgo de infectarse. Los preservativos son necesarios para eliminar la posibilidad de contaminación, pero también existen buenas prácticas que pueden ayudarnos como: la higiene íntima tras una relación sexual, limitar el número de compañeros sexuales, o al menos tener constancia médica de que nos están infectados, y por último, acudir a la consulta de un médico en caso de observar cualquiera de los síntomas